Relatos de un loco: Amando a un extraño

Este retazo de cuento lo escribi hace un año mas o menos... y aún esta incompleto...
Vamos a ver si lo termino ya que comence este blog, por ahora disfrutenlo

Relatos de un loco:
Amando a un extraño

(...) Recorriendo la oscura ignorancia me encontré frente a este lugar de tentación y luz baja. Entré completamente cautivado por la luz de neón que alumbraba la entrada y al recorrer el pasillo principal me inundó un exquisito olor a romance, un poco fuerte para mí pero muy suave para alguien que no fuera como yo...
Al adentrarme en la oscuridad de esta residencia de ángeles en desgracia, donde moran aquellos bellos rostros que reflejan el placer, la suavidad y la calidez de la piel tersa de una mujer fui detallando los pequeños movimientos de varias personas.

Sonrisas, coqueteos, caricias, sensuales miradas, alientos agitados, sabores que flotan en el aire atrapando las almas de aquellos que nos encontrábamos allí. El paraíso en la tierra...
Aunque ella nunca notó que me había dado cuenta de ella al entrar, vi a través de sus ojos esmeralda como mi pelirroja se acercaba contoneando su perfecta cadera, moviendo aquellos delicados brazos en un compás coordinado con el leve salto de su pecho, sentí en mi piel el movimiento de sus labios y en mi corazón el calor de su cuerpo dispuesto a aplacar aquello que me atormenta, dispuesto a refrescar mi alma y cubrirla de la tortura de mi reflejo...

-Hay algo en lo que te pueda ayudar?- dijo al tiempo que miles de pétalos de rosa salían expulsados desde su boca hacia el infinito.
-Necesito calmar mi alma, aunque sea tan solo por un instante. ¿Podrías ayudarme con esto, bello ángel?- dije, - Claro, acompáñame y te darás cuenta que el cielo es algo que está a tu alrededor si sabes buscarlo bien...-

Tomó mi mano y sentí como si una espina la hubiera atravesado, sentí como el ardor de lo salvaje recorría mi cuerpo y me inundaba en un profundo éxtasis, luego encontré que ni siquiera había atravesado el umbral hacia el placer que se tendía a mis pies...